2. El Flamenco

2.2. Armonía

El análisis comienza por los tres modos armónicos utilizados en el flamenco: el modo flamenco, mayor y menor. Entre ellos, el modo flamenco ocupa un lugar central, ya que los otros modos suelen interpretarse a partir de su perspectiva armónica. Este modo se distingue especialmente por su cadencia característica formada por cuatro grados consecutivos: IV-III-II-I. La singularidad de esta cadencia reside tanto en la estructura interválica específica entre los grados (una combinación particular de tonos y semitonos) como en la constitución armónica de cada acorde, destacando especialmente que todos, salvo el cuarto grado, son acordes mayores.


Grados del modo flamenco

Es importante señalar la modificación que se realiza en el primer grado del modo flamenco. Aunque teóricamente este grado debería ser menor (Mi menor), en la práctica se convierte en mayor mediante la alteración ascendente de su tercera (de sol a sol#). Esta modificación, lejos de ser arbitraria, responde a las necesidades expresivas y a las sensaciones auditivas buscadas en el flamenco. Con ella se consigue que todas las notas del primer grado queden a una distancia de semitono respecto al segundo grado, generando una resolución descendente uniforme y profundamente característica, cuyo efecto sonoro resulta muy distinto del que ofrecería una cadencia tradicional menor.

La estructura de esta cadencia también define un "relato sonoro" muy particular, en el cual cada grado asume una función y una sensación diferenciada. El primer grado representa el reposo, ejerciendo una fuerza atractiva hacia sí mismo. El segundo grado es el más tenso, dada su proximidad interválica con el primero, mientras que el tercer grado actúa como transición o punto intermedio. Por último, el cuarto grado transmite la sensación de distancia o lejanía, en parte debido a su calidad menor en un entorno dominado por acordes mayores, proporcionándole cierta autonomía sonora.

Además, es habitual que esta cadencia no siempre se despliegue íntegramente. A menudo se utilizan únicamente los grados principales (I-II), dejando en segundo plano los grados III y IV. Esta selección varía según el género o contexto interpretativo, reflejando la riqueza y flexibilidad del lenguaje armónico flamenco.

Los grados secundarios cobran gran importancia en el contexto de la armonía flamenca. Estos grados pueden sustituir temporalmente a los grados principales, enriqueciendo la textura sonora del discurso armónico, aunque siempre respetando sus funciones armónicas originales. De este modo, el uso inteligente de grados secundarios permite matizar emocionalmente la música, ofreciendo variaciones en la atmósfera sonora sin desvirtuar la esencia estructural del sistema armónico flamenco.

En el siguiente cuadro resumen podemos ver la riqueza del flamenco atendiendo a su concepto armónico.

CUADRO DE LOS PALOS FLAMENCOS SEGÚN LA MODALIDAD

a) Palos en un solo modo

a1) Modo frigio flamenco: serranas, soleares, soleares por bulerías, tientos (excepto los de frijones) y siguiriyas (sin incluir las de cambio).

a2) Modo mayor: colombianas, cabal y romeras

b) Palos que se mueven básicamente en un solo modo pero proponen escarceos por el modo del tono homónimo:

farruca, garrotín y tientos de Frijones

c) Palos que discurren entre dos modos (entre paréntesis, el modo de arranque).

c1) Mayor y menor: alegrías, guajiras y tangos del Piyayo (mayor).

c2) Mayor y frigio flamenco: zambras (mayor) y siguiriyas de cambio (frigio flamenco)

d) Palos de doble hnodalidad, que discurren entre dos modos y dos tonos

d1) Modo frigio flamenco y mayor y dos tonos (modulación al VI): fandangos, rondeñas, jaberas, verdiales, malagueñas y granaínas.

d2) Modo frigio flamenco y mayor y dos tonos (modulación al IV): fandangos de Almonaster

d3) Modo mayor y frigio flamenco (modulación al III): caracoles

e) Palos en los que conviven los tres

modos.

el) Modo frigio flamenco, mayor y menor: bulerías, tangos y tanguillos de Cádiz.

e2) Modo frigio flamenco, mixolidio y menor: mirabrás

f) Palos con convivencia de tres modos

y dos tonos:

tarantas, cartageneras y tarantos y fandangos de Santa Bárbara

h) Palos con modulación (cambio de hasta tres modos) y tonulación (a varios tonos)

sevillanas